Hedwig and the Angry Inch (por Gastón Aliaga)
A Hedwig le sobra algo. El viste como nena. Pero siempre fue un nene. En algún momento de su vida decidió ponerle fin a sus días de calzoncillos bóxers. Quiso operarse y cortarse el pito. Todo para complacer a un amante. Ella pudo escapar de Alemania Oriental gracias a el. Un soldado bien macho que aunque no le había robado…