Las Cosas Que Pasan-Las cosas que pasan (por Amadeo Laguens – free DL!)

Las Cosas Que PasanPodemos empezar confirmando una cosa que a esta altura resulta una obviedad: Mendoza, en Argentina, es una provincia con alto contenido de rock. Basta con decir que deberíamos situarnos en el año 1957 para hablar de sus comienzos, según nos indica el libro de Gabriela Cousinet et al., “Extramuros. La historia del movimiento de rock mendocino”. Si bien este libro es una buena herramienta para introducirnos a un pequeño gran mundo no abarca los últimos 16 años, momento donde surgieron bandas de rock de tremendo nivel. Tal es el caso de Las Cosas que Pasan, grupo que, junto con otras bandas de la escena local como Mi Amigo Invencible o Press Start, constituyen un ejército de músicos de alcance nacional y que se suman a otras grandes producciones nacionales independientes como las de Maxi Prietto en sus diferentes versiones,  los cassettes de Volante Discos, el trabajo del sello Mandarina Records, e infinitos nombres más de un extenso abanico de algo difícil de definir, pero unido, si se quiere, por algo en común: su categoría “indie” (esto merecería un texto aparte, pero podríamos definirlo como un hermano mayor del “under”).
Las cosas que pasan se encuentran dentro de este espacio, con una característica muy particular: forma parte lo que algunos músicos inquietos han dado a llamar los “micro discos”. No sólo han nombrado, sino que han creado un “dogma y un sello discográfico”, como ellos mismos reseñan en su página, grabando, produciendo, difundiendo y comercializando discos de manera virtual y con un formato adaptado a los tiempos que dispone la sociedad en el siglo XXI, es decir, discos de no más de 10 minutos de duración.
En el disco de Las cosas que pasan, que en Youtube nos figura con el nombre de “Peluqui”, condensa, en 9 minutos 59 segundos, dos virtudes clásicas que el formato álbum a veces nos ofrece: los temas en tanto canciones particulares y el concepto dado por su totalidad. Cada track de este disco plantea un momento musicalmente completo y que nos vale como canción apenas lo escuchamos, teniendo la virtud de ser, al mismo tiempo, un fragmento de algo más grande… algo “grande” que sigue siendo un micro disco de 10 minutos. Cortito y al pie, la nueva pieza compuesta por Leandro Pezzutti en 2015 es una obra conceptual que tiene como concepto, precisamente, el tiempo. Tanto la velocidad como la quietud, el apuro y el aburrimiento, la falta o la sobra de tiempo son su núcleo principal. Desde ese lugar y con su corto tiempo alcanza para narrarnos sensaciones, encuentros, broncas, amores y vicios que fluyen a una velocidad inalcanzable, pero que poseen, cada uno, su momento de contemplación.
En este sentido, “Una multa” y “Luna” abren la primera tensión temporal, relatando una fuga veloz y una observación detenida de la luna, como así también los temas 3 y 4, “Ley de las antípodas” y “Antípodas 2”, que introducen un nuevo choque entre quietud y movimiento; o por qué no, lo acústico y lo distorsionado como sus representantes. Podríamos decir que del mismo modo lo hace la paz de “Mi amor cruzó el mar” que se encuentra inmediatamente con la fuerza de “Carrera mental”. De esa forma, un poco exaltados y ansiosos, llegamos al sumun del micro disco, que nuevamente nos apura desde sus letras, sumado a un extraño sintetizador, varias voces y flauta en “Dale”, seguido de unas guitarras distorsionadas y despechadas en “Qué egoísta soy”, el tema más largo del disco (1:39 minutos).
Sí, nos apura, pero nos obliga también a detenernos. Justamente, tanto “En la montaña” como “Hasta la pija”, los dos temas con los que termina el disco, nos vuelve a plantear esa dialéctica entre el detenimiento y la velocidad, entre ese momento mediato del estar frente al tiempo, pensar en él, y la inmediatez de una actualidad intermitente y por eso mismo desesperante. Y todo eso usted se lo lleva por tan sólo 10 minutos.
Para finalizar, vale la pena citar breves fragmentos de las dos últimas canciones: “El pasatiempo / de evitar el tiempo / se ha vuelto costumbre para matar…” “La computadora, el facebook y el chat / se están consumiendo todo mi tiempo / es como una droga no puedo parar / veo en un plástico lo que podría respirar… / por favor desconéctalo”.
Pasen, pongan play, descarguen, y vuelvan a poner play y otra vez play. Porque es imposible escucharlo una sola vez (por Amadeo Laguens)

También te puede interesar…

Suscripción a Newsletter

Por favor desactiva tu AdBlock para navegar en K7BLOG