El Gobierno Invisible-Soy un viaje, un sonido (por Nahuel Ordoñez – name your price)

El Gobierno Invisible-Soy un viaje, un sonidoEl comienzo y el final de lo que sucede son momentos indisociables. No podría existir uno sin el otro y sin embargo la ilusión del paso del tiempo como una secuencia lineal los disgrega irremediablemente. Cuando Rodolfo Kusch habla del ‘estar ahí’, construye sobre la posibilidad de pensarnos por fuera de estas nociones. Es decir, el tiempo es y está ahí atribulando las conciencias, pero en la medida en que existan otras formas de habitarlo hay posibilidades de escapar a la muerte, lo finito o cualquier otra equivalencia. El Gobierno Invisible abre su EP contándonos el desenlace previsible de todas las cosas, a la vez que construye sobre sus posibles evasiones.
Las voces profundas y los latidos animales de un paisaje salvaje y desértico resuenan desde el primer momento del disco. Las canciones que lo componen despliegan, más que resuelven, algunas tensiones históricas en la música argentina. Si bien el tono es atemporal, el pulso es fresco pero sólidamente apoyado sobre modos compositivos y sonoros que remiten a buena parte del folklore local. Aquí novedad y tradición no son instancias contrapuestas, sino que dialogan y fecundan el terreno sobre el que se cimienta la obra.
‘El Martillo’ enuncia la doble arista de la desaparición física transformándose en legado, la vida que germina en el preciso momento en que algo muere.  Lo que ocurre con todo lo que subyace a ese vigoroso instante de fragilidad definitiva. Un breve intermedio ambiental deja lugar a la conmovedora ‘Somos juntos’, porque es una bellísima canción de amor, pero que también puede ser leída como la opción por vivir en un plano distinto al cotidiano. Ser en la naturaleza no como un escape hacia atrás, esencial, prehistórico (o pre-cultural), sino como la disolución del espíritu en una energía superior y trascendente. Es lo natural como ese vector invisible que gobierna imperceptiblemente lo que acontece a nuestro alrededor.
Por su parte, ‘Lineal’ es una encantadora pieza instrumental breve que sirve como tendón y nervadura al abrir el espacio para la aparición del explosivo ‘Soy un viaje, un sonido’. Aquí el dream pop, la canción y el folklore se terminan de amalgamar en la intención nostálgica de sus núcleos expresivos y en la fuerza de sus envolturas narrativas. Es una canción espesa que se disuelve en un delicado outro con reminiscencias medievales.
Es un EP cargado de matices y climas intimistas producido con imbricada meticulosidad. Aporta una voz poderosa y por momentos dulce en sus declamaciones. Pareciera querer adentrarse en zonas recónditas por el camino más directo posible sin interponer mediaciones que entorpezcan la claridad cristalina de una idea profunda, simple y despojada de ornamentos barrocos. Este primer trabajo de El Gobierno Invisible desarrolla y tracciona sobre estos conceptos y deja un ambiente de expectación de cara al álbum largo que seguramente se avecine. Es un disco fibroso, coherente que requiere una escucha atenta. Son exactamente once minutos, once segundos y ciento once milisegundos de belleza oscura y nostálgica que nos invitan a diluirnos en esos estanques turbios y marginales donde eclosionan las más sublimes entidades que el mundo haya engendrado (por Nahuel Ordoñez)

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