Dick Verdult abre su baúl (volumen 13)

Los puntos que se encuentran en un juego dentro del terreno de lo inusual. Los objetos que hablan de momentos vividos, pero alejados de la nostalgia y de lo material, solo como una manera distinta de resguardar imágenes. Las palabras escondidas en cuadros del tiempo, como elementos que se repiten y resignifican, según cada nuevo lector, según cada nuevo momento. De todo esto hablamos (y no) en la nueva charla con Dick Verdult, artista holandés que con su búsqueda alienta a que cada uno perciba sus propios significados, proponiendo múltiples lecturas, dejando que el hilo de su amplia obra resulte en un catalizador, en una entidad que dispare el reflejo personal del que observa. Y esto se advierte en su obra total, en lo plástico, en su trabajo audiovisual y en su música como Dick el Demasiado. Aquí va otro round de palabras. Cassette: ¿Esta es una vitrina llena de trofeos? ¿O son las pistas que nos llevan hacia el verdadero tesoro? Dick Verdult: Esta es una de las dos vitrinas del Padre Teresa, el producto de lo que generó trabajando y distorsionando cultura con la ayuda de muchos. Algunos con nombre y otros anónimos. Se pueden ver frutos híbridos, como la bandera de Lanus, una plataforma petrolífera que hice de madera, gorros y mascaras tejidas por fans que me trajeron al camarín (una hecha con cintas de una grabación de los Rolling Stones), la compu con la que viajé la mitad de la distancia a la luna, con la que salí en la televisión rusa tocando fanta Maria, la maqueta de la Casa Rosada, la reproducción de los secuestros de heladeras en la dictadura, la Nagra, que es la mejor grabadora del mundo que lleve al Amazonas y con la cual grabé chamanes… en fin: un sin fin. El que más me impacta es la carne-de-amigos (ver foto al final). En el camino oscuro por la sala, hacia el escenario, me empujaron algo en la mano que se parecía a un pañal mojado. Resultó ser un kilo de carne. Primero lo tallé en madera de balsa. Luego hay que considerar que fue un regalo, a raíz de mis canciones, mi personaje o mi persona. Pensá también que solo en la luz del escenario pude ver y reconocer, junto a todo el público que me analizaba, lo que me habían dado. Es decir, fue un momento mágico compartido con todos, y eso ya no es COSA sino UN HECHO. Luego, la carne la trajeron ellos. Pero en fin: ¿de quién es este trabajo? En mis momentos megalómanos diría que todo lo hice yo con la ayuda de muchos. Cuando soy el “humilde, pero exagerado” diría que fueron cosas hechas por todos… ¡y por mi también! En todo caso, ambas versiones son la verdad. No me interesan las cosas, sino que sean a lo mejor producto secundario de mi interacción con la gente, al alimentar el trampolín de ideas. Imaginate un trampolín sobre el cual caben 300 personas que dudan, pero tienen ganas. Vos sabes que la van a pasar bien si se tiran, que van a volver a una niñez. No te queda otra que gritar ¡INCENDIO! y crear un flash de luz enorme para que se encieguen y se tiren. UU! cuanta bondad y predisposición a lo bueno esta en mí. Cassette: ¿Elegís lo heterogéneo como manera de abrir puertas perceptivas? ¿O optas por lo variado alineándote a la diversidad de la naturaleza? Dick Verdult: La diversidad cansa, quizás, más que lo uniforme, cosa dolorosa a concluir. Y por eso, porque la diversidad cansa es que deja la gente menos defensiva. Ya no tienen las ganas de obstruir la puerta. Eso esta bueno. Es un ritmo excelente, cuando la gente está casi sin defensa después de un momento de concentración…. ahí sí, es como el boxeo: amenazar con un guante y dar con el otro mientras que te reís, seguido por la risa agradable y liberadora de los otros. Se termina ganando por todos, no esta el concepto de la competición en el arte. Cassette: ¿Distintos puntos para hacer que el ojo recorra? ¿O lo vasto como forma de enfrentarse al resumen brutal de la actualidad? Dick Verdult: Sí, esto es como los esquemas de las estrellas. Pensá en alguna constelación, digamos la “Osa Menor”. Pues, hay estrellas, y luego líneas que las unen. Así es esto también. En cada objeto se esconde una estrellita, y a vos te corresponde ver las constelaciones. Es navegar sin temor en la mar de los significados (leyendo esto uno diría que es una entrevista pedante de un diario cualquiera poético). Mierda, sin ningún esfuerzo, me salió un paseo palermeño…. el sahumerio de la paz, la chancleta flúo de la amistad, el cocktail-drink de los Wipe-people. Sin tener esa ambición soy, de repente y sin avisar, el Magallanes en el estrecho de “Aynotdead”.

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